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Kirguistán, al igual que sus países vecinos, tiene muchos grupos étnicos, la mayoría de ellos de habla turca. Por supuesto, hay uzbekos, kazakos o uigures, pero también tayikos (de habla iraní), rusos, chechenos y chinos, aunque las relaciones con el gigante vecino no siempre son buenas. El Islam es la religión dominante, pero el estilo de vida nómada ha conservado creencias ancestrales más a menudo vinculadas al zoroastrismo y al chamanismo. Por lo tanto, la diversidad estará presente en cada esquina de la calle.

Aunque Kirguistán es noticia en Francia sólo durante los disturbios en el valle de Ferghana o las incursiones de los talibanes en la región de Batken, todo el país se caracteriza por su alta seguridad. La hospitalidad en Kirguistán y en el resto de Asia Central no es una palabra vacía, y usted será bienvenido en todas partes como invitado distinguido. El sentido de la acogida responde a una sólida tradición entre las poblaciones nómadas y un viaje nunca terminará sin un tazón de kumiss bajo una yurta, sin un plov compartido en una casa uzbeka cuyas puertas se abrirán de repente para dar la bienvenida al extranjero que pasa. La hospitalidad se manifestará aún más a menudo con litros de té (o vodka) ofrecidos en una tchaikhana o simplemente compartidos al lado de un camino.

En este país turístico en construcción, han aparecido muchas oportunidades de ocio y entretenimiento deportivo que seguramente deleitarán a todos los amantes de la aventura. Y si la equitación y el montañismo ocupan los primeros puestos, ahora es igual de posible en Kirguistán esquiar casi todo el año en estaciones cuyo equipamiento es a veces básico pero con paisajes excepcionales. Y qué decir de las sesiones de rafting o barranquismo, ya bien establecidas, en el valle de Chouy? o de las excursiones que ofrecen todo tipo de niveles de dificultad, tipos de paisajes, tiempos de caminata....Por último, entre los deportes en boga en Kirguistán, ha habido un rápido desarrollo de la bicicleta en los últimos años. Por el momento, son sobre todo entusiastas de los grandes paisajes montañosos y combinan su estancia con una incursión en la vecina Tayikistán. Pero cuidado, la exigencia física es alta y pedalear a más de 3.000 metros de altitud requiere un entrenamiento riguroso. Sin embargo, siguiendo esta tendencia, algunos operadores turísticos kirguises han optado por ofrecer este modo de descubrimiento a sus clientes mediante el desarrollo de viajes dedicados a la bicicleta de montaña y el suministro de todo el equipo y la logística necesarios. Es el caso de la agencia Ak Sa (ver la sección "Receptivos" en "Invitación a viajar"), líder en este campo, que se apoya en sus campamentos fijos de verano para ofrecer paradas muy bellas a los amantes de la pequeña reina. Si se embarca en la aventura por su cuenta, no olvide traer un buen stock de piezas de recambio: las tiendas especializadas son raras fuera de Bishkek. Y sobre todo, utilice un equipo sólido: ¡las carreteras de piedra o de chapa ondulada hacen que las bicicletas sufran especialmente!