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Una cosa impresiona al visitante al llegar a Estonia: la asombrosa serenidad que reina allí. Hay pocos países en los que uno pueda sentirse más seguro que en el más septentrional de los países bálticos. Fuera de las ciudades industriales y de habla rusa del este del país, alrededor de Narva, reina en todas partes una tranquilidad indecible, una paz y una dulzura notables. Los estonios son conocidos por su gusto por la calma y la lentitud. Caminando por el centro de Tallin, no se siente el estrés de una metrópoli como París o Moscú. Estonia sigue estando en los primeros puestos de la clasificación de la mejor calidad de vida. Más allá de la seguridad, esto se debe a la agradable disposición de las ciudades, verdes y aireadas, vivas y transpirables al mismo tiempo. La naturaleza ocupa un lugar especial en el corazón de los estonios, que han permitido que florezca hasta el centro de sus ciudades: las ciudades están llenas de parques, verdes y rodeadas de bosques. Sin embargo, la oferta cultural es excelente, especialmente en Tallin: conciertos, exposiciones, museos, eventos, festivales, Estonia es un país de alta cultura. Además, el nivel de educación general es uno de los mejores del mundo en Estonia, lo que hace que los estonios a menudo sean interlocutores fascinantes....

La costa oeste, con sus bosques sombreados, sus aguas cristalinas, sus pequeñas casas, sus castillos y sus ruinas, es de una belleza salvaje. Es un paraíso para excursionistas, ciclistas y amantes de la playa. Hiiumaa, la segunda isla más grande de Estonia, antiguamente una guarida de piratas, y Saaremaa, la isla más grande de Estonia, son tierras de mitos y leyendas.Las dos islas se están convirtiendo en un importante centro termal, al igual que Haapsalu, donde la nobleza rusa ya iba a apreciar las propiedades curativas de su barro. Todas estas razones animan a los visitantes a explorar las playas de arena fina del Mar Báltico y admirar su naturaleza virgen. Hay que tener en cuenta que en verano la temperatura del agua puede superar los 20°C y que, por lo tanto, se puede nadar en ella.

Con una de las densidades de población más bajas de Europa y un medio ambiente intacto, Estonia, con sus 1.500 islas, fauna y flora, es un lugar privilegiado para recargar las pilas. Casi una décima parte del territorio de Estonia está ocupada por parques naturales, más de la mitad de los cuales están cubiertos por diferentes tipos de bosques. Hay especies vegetales y animales que han desaparecido en otras partes de Europa. Alce, lobo, oso, lince y foca forman parte de la fauna local. Los bosques también están ahí para los entusiastas de la recolección de hongos y bayas silvestres. El turismo rural se está desarrollando en Estonia para que los amantes de la naturaleza puedan descubrir esta riqueza del territorio estonio.

Como muchos pueblos pequeños, y de una larga historia de dominación extranjera, los estonios hablan a menudo varios idiomas. Hasta hace unas décadas, el alemán era la lengua de la burguesía, y la hablan todavía muchos estonios. El ruso era la lengua oficial de la URSS, de la que Estonia era miembro; además, una minoría significativa de los habitantes del país son rusoparlantes cuyas familias proceden de toda la Unión. En Tallin, el ruso está casi tan presente como el estonio, y en ciudades del este como Narva, es la gran mayoría. El inglés es practicado por un segmento alucinante de la población que lo aprende muy bien en la escuela (incluso en la caja de los pequeños supermercados provinciales, ¡no se sorprenda de que se hable perfectamente en inglés! El finlandés, una lengua prima del estonio, es muy comprensible para los estonios, que lo han aprendido la mayoría de las veces debido a los estrechos vínculos con el primo abuelo del norte. Por no hablar de todos estos estudiantes, ciertamente muchos menos, pero muy visibles en Tartu o Tallin, que practican perfectamente el francés, el italiano o el español. Usted lo ha entendido: aunque no hable otro idioma que no sea el suyo, tendrá pocas dificultades para hacerse entender en este país acostumbrado a la gimnasia lingüística. En cuanto a la amabilidad de los estonios, probablemente lo notarás cuando vengan a guiarte antes de que necesites pedirlo o cuando se tomen el tiempo para acompañarte a la estación o dirección que estabas pidiendo..... Con un fuerte sentido de la hospitalidad, la gente en Estonia a menudo hace todo lo posible para que te sientas como en casa en su pequeño país.