#Lo desconocido, el cambio de escenario, la sorpresa
Normalmente venimos a Paraguay por pura curiosidad, siguiendo el consejo de un pariente que ha llamado su atención sobre este misterioso país, hablándole con pasión sobre la amabilidad de la población o sus paisajes salvajes. Es esta incógnita la que atrae a los viajeros, el deseo de salir de los caminos trillados y "descubrir" paisajes, una población y un modo de vida, lejos de las imágenes clásicas de América Latina. Y hay muchas sorpresas, la primera en haber encontrado una guía sobre Paraguay!
Un destino natural :
El principal atractivo turístico de Paraguay son sus paisajes bucólicos, con contornos suaves y verdes y la omnipresencia del agua en toda la parte oriental del país. En la parte occidental, el Chaco ofrece una tierra ingrata pero hermosa y salvaje, que complacerá a quienes buscan la aventura, un cambio total de escenario. Esta tierra, roja al este del río Paraguay y gris amarillenta en el Chaco, ofrece muchas actividades al aire libre, comenzando con la observación de la vida silvestre.
Una población auténtica y acogedora
Esto es lo que marca a primera vista: la bondad de la gente y la dulzura de la vida. Las sonrisas están en todas partes, el estrés es inexistente y rápidamente se toma una buena dosis de olas positivas! El paraguayo es amistoso, bromista y desprevenido con los extraños. Con gusto lo invitará a compartir su tereré tradicional, herencia de una cultura guaraní omnipresente. El turismo está en su infancia y los contactos siguen siendo naturales, sencillos y sin motivos ocultos.
Un país central, seguro y económico
Paraguay no es un país turístico pero está rodeado de países que lo son, en particular Argentina y Brasil. Es fácil viajar a los países vecinos desde la capital paraguaya en avión o autobús. Cada vez se celebran más congresos internacionales en Paraguay por esta posición central, pero también por razones económicas y de seguridad. Asunción es una de las capitales más baratas del mundo y es una ciudad mucho más segura que las capitales de los países vecinos.
© Dominique Auzias & Jean-Paul Labourdette